lunes, diciembre 05, 2005

Muertes de madres de amigos pasajeros conocidos en circunstancias obligadas, paseos extraños por la noche de la casa de estudios, casa de "estudios", viajes apurados, ausencia de clases, ausencia del trabajo.
Aparición extravagante de figuras, miles de compras, salvavidas diurno, edición de material amistoso, fotógrafos boxeados, periodistas también.
¿Con qué nos vamos?, con lo puesto, diría cualquier persona que no raya en lo nocturno.
Y las conversaciones añejas, y los bajones, y los paseos en la casa de "estudios" y el "rata humana". Y las futuras colegas desesperadas (las que acostumbran retratar amigos) sacando miles de fotocopias en el momento justo en que yo descorchaba un libro no devuelto.
Oliendo el vago perfume de la distancia. Negativos mal hechos mezclados con mochilas bien compradas, teclados con las letras borradas, o sea, una especie de complot que impide cocentrarse en materias relacionadas con el palpitador.
Adiós muchachos compañeros de mi vida, barra querida de estos tiempos, me toca a mí hoy emprender la retirada, debo alejarme de mi buena muchachada. Adiós muchachos ya me voy y me resigno, contra el destino nadie batalla, ¿se terminaron para mí todas las farras? mi cuerpo no resiste más.

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