domingo, octubre 24, 2010

Otra de las cosas...mmm...a ver...fue fundirme en una cara ajena, pero genial.
Una hoguera, o mejor aun, una guillotina, sería el orgasmo letal.
La desconocida contorneada era casi una causa legal.
Las fabricas de encurtidos.
Todo aquello fue una mariposa con las alas mojadas.
Putos problemas de mariposas.
Y encurtidos.
En el patio la muela bailaba.
"El dolor no baila"
Dijo una muchacha creativa.
Otro dijo "Gracias"
Fundirse es cosa seria, es como abandonar y contraer el pecho.
Pero abandonar.
La gracia es saber dónde está la mariposa.
(o que se pudra)
Me descubrieron. Soy el que dijo la verdad-mentira
No calzo.
No llego a ninguna parte buena.
Mejor otro gusanito, para la olla.
Hay pocos que me recuerdan.
Uno de los últimos fue Miguel, uno que una vez retratró, en Iquique, creo, una bañista buena.
La retrató bien.
Luego se perdió como todos.
Y otro que bien recuerdo, era uno de los cuales detestaba la inmoralidad.
Ir a fotografiarse con putas para él era una cosa pecaminosa.
Y.... lo hacía el weón.
Le vendí mi guitarra por apuro.
Algo de "bájate" se llamaba, tenía un sustrato antiguo, algo inacabado, algo pendiente, como todos.
Un día la oveja se asustó....
Como si el mundo se fuese a acabar...Por no mirar lo que era, decía la fábula.
Y el último que recuerdo, o primero, ya que no quiero limpiarme cuando cago, es el gran, y genial sanbernardino Atal.