lunes, febrero 18, 2008

Curiosa-mente se acaban los mensajes.
Cuatro mil inviernos vienen mañana con un cuello de cisne vocal.
Pasaje u n o
Destartalación de calles sabiendo el impedimento.
Pelar cuesta como sacar palabra.
Todavía la greda se aparece como ladrillo murallero de almas.
No se navega en barcos perdidos.
Se naufraga de manera cándida con entierros de cristal.
El cuello de cisne salero perdido con un plan claro.
Claro.

sábado, febrero 09, 2008

Curiosamente ahora me han dicho "prolífico"
Hora de las extrapolaciones sin sentido.
Pero esto tiene.
Sin claves seudo-poéticas esto es algo bien.
Parecido a la estitiquéz de alma en pena.
Prosa y música no es malo -me digo-
Nunca seré vista previa.

Lo mejor es respirar bajo los castaños de la plaza cualquiera.

Como si todo fuese a mejorar.

Mi Bic cristal rojo y mi Auca de composición no me abandonan.

Esto es yapa.

Féminas rápidas y caballos lentos es la famosa moralina.
Me cuesta creer en la tinta virtual.
El "prolífico" prefiere, si es que lo es, presionar el botón enter.

viernes, febrero 08, 2008

Yo le dije que me esperara en la entrada.
Le di todas la indicaciones, las precisas, la perfectas...

Le di todas la indicaciones...
No me caracterizo por ser explicador de lo que está en desarrollo.
Y sale el mueble abierto suelo crujiente!!


Como los comandos.
Cara de teleserie rusa...
Eso no!
En nada.
No nos parecemos...
Ella se va a su remolino y yo subo a la tormenta.
Recordando el episodio de las lentejas en Ecuador.


Un amigo me preguntaba: ¿pero qué hago? ¿voy o no voy? ¿me la juego o no me la juego?
Le dije que fuera, que lo único que iba a perder era el pasaje. Y si ganaba...ay, ay, ay...ganaría.

Él va en su remolino.
Yo escucho demasiado por ahora.

(este texto se auto destruirá en aproximadamente 4 horas)

sábado, febrero 02, 2008

La hora de las luciérnagas perdidas
Perdidas en escotes
Entierros falsos a las tres del dos.
Cumpleación de promesa.
Trabajo atrasado como en el parrón, como en el bote que hace agua.
Como las hojas de ese parrón que rinde tributos a Baco.
Madrigal como género perdido, como los famosos postes botados en los techos,
en los techos de las camionetas patas al hombro.
Todos tenían razón.

Me persigue el perfume rancio del pequeño espacio entre los senos,
donde se duerme bien mal.
Par de dos.
Las palabras son bastantes.
Siguen colándose las ratas por el caño del calefón.