Otra de Proust:
"Ya entreví yo antes, en los Campos Elíseos, una cosa de la que más tarde pude darme cuenta mejor, y es que cuando se está enamorado de una mujer se proyecta sencillamente sobre ella un estado de nuestra alma; por consiguiente, lo importante no es el valor de una mujer, sino la profundidad de dicho estado de ánimo; y las emociones que nos causa una muchacha mediocre acaso hagan salir a flor de nuestra conciencia partes de nosotros más íntimas y personales, más esenciales y remotas que el placer que se pueda sacar de la conversación de un hombre superior o hasta de la misma contemplación admirativa de sus obras."
También yo entreví nuestra muerte en esta tarde de Transantiago.
Nuestra muerte de alejamiento, no de desamor.
Y el desierto es muy lindo.
Felíz día anticipado...después de todo.
Pierdes una jugada...
martes, febrero 13, 2007
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1 comentario:
Es cierto...son complicados los hombres, cuesta mucho dilucidar el estado de su alma, aunque algunas veces dejan entrever un poquito, pero hay que aprender a ser buena observadora parece,
SAludos
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