Hoy, recién, recién, vuelvo otra vez a tu lado con mi vida escondiendo los fracasos, ocultando las heridas.
Y hoy al encontrar la protección de tus manos tan serenas, recién siento que me apena saber que te hice mal.
Tenía menos años y el corazón imprudente por calles del engaño rodó, rodó torpemente.
Me amabas, tanto y tanto, que me cansó tu tristeza y por no escuchar tu llanto preferí no verte más.
Hoy, recién, recién, miro las cosas sin sombras ni mentiras y comprendo cuanto enseñan las lecciones de la vida.
Hoy, al retornar, pensé encontrar el reproche de tu olvido y tan sólo hallé el castigo de todo tu perdón.
(para leer con audífonos)
domingo, diciembre 24, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario