Desde un principio me di cuenta que estaba muerto.
Porque lo vi flotando, sin señales.
Estaba yo sentado en la mesa número cuatro junto al Taita.
Tomé la copa y me di cuenta.
Ahí estaba, flotando.
Invadió mi cebada.
Con la punta del meñique lo agarré.
Lo tiré encima de Las Últimas Noticias,
sobre la portada.
NO me molestó que invadiera mi cerveza.
Cuando estuvo encima del periódico estaba muerto según yo.
Mientras mi Taita pedía otra corrida, yo estaba atento a lo que fuera a hacer el muerto.
-Mátalo
Dijo el Taita,
-Si tú no lo matas él te matará a tí
continuó...
-¿cómo lo voy a matar si acabo de salvarle la vida a este pobre mosco que aterrizó en mi copa?
dije.
Sería como matar a Lázaro, creo yo...
Caminó por el periódico...
Reconózco que le soplé un poco para que sus alas se secaran luego de aquella borrachera de la mesa cuatro y mi copa.
La vida se aferra.
Voló.
Las vidas de los moscos.
Desde un principio crei que estaba muerto.
Ese dicho que dicen es muy cierto: las moscas se hacen las muertas.
sábado, junio 14, 2008
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